Pues también por aquí llega Diciembre con su alegría. Aquí también es tierra de cristianos, la Navidad también es celebración para muchos. Quizás no joroban tanto diciendo que es "época de amor", "paz", "alegría" y etc. sino que van más al grano, como siempre, y se integran en familia, lo que no es poco si se considera que aquí se estila que los hijos se vayan de la casa cuando acaban el colegio, así sigan estudiando o trabajando en la misma ciudad. Eso tampoco quiere decir que eso de "pasarla en familia" no sea a veces forzado y no haya sonrisitas fingidas y patadas y pellizcos debajo de la mesa durante la cena; para algunos también es un poco lastre la alegría postiza de la navidad.
Y también se preparan para recibir al Ninho Dios como se debe. Compran el árbol de navidad, que son generalmente pinos que se han sembrado y cortado para el efecto, lo decoran, ponen los regalos debajo de él, los abren el 24 de dic. y el 2 de enero lo echan a la basura. Al otro anho vuelven y se compran otro árbol. Y uno acostumbrado a armar y a desbaratar todos los anhos su arbolito de plástico, cambiado si acaso 2 veces en la vida... De vez en cuando hay pesebre, pero parece que eso es más embeleco de católicos. Y se asombran cuando uno les pregunta que por qué ya está puesto el ninho Dios.
La noche del 7 de diciembre no hay velitas, pero sí pasa San Nicolás dejando regalitos (los regalos de veras llegan el 24).
No hay novena, pero sí hay Adviento (estos herejes protestantes): los 4 domingos previos a navidad se reúne la familia, encienden cada vez una velita de 4 que hay en la respectiva corona de adviento y toman café con galletas navidenhas. También hay el calendario de Adviento, que es de lo más cuco: es una caja con 24 ventanitas, numeradas y dispuestas en desorden. Detrás de cada una hay un chocolate. Se supone que el 1ero de dic. uno abre la ventanita marcada con el 1 y se come ese chocolate, el dos de dic. se abre la ventanita del 2 y así sucesivamente hasta el 24. Pero generalmente pasa que uno se come todo un Adventskalender en cosa de media hora y toca esperar a que le regalen otro.
No hay natilla ni bunhuelos, pero sí hay Lebkuchen, que son como trocitos de ponqué Ramo sabor vino en forma de corazón, estrella, etc. cubiertos de chocolate, y todo tipo de porquerías afines chocolatosas. Son riquísimas, las malditas. Hay muchos chocolates, muchas nueces, también mandarinas. También hay como unos panetones planos, Christstollen, pero como son retiesos y rebosantes de uvas pasas, no merecen siquiera que me ocupe de ellos. Un ingrediente típico de todas estas golosinas es la canela. No tenía idea de que fuera tan invernal.
Y están los mercados navidenhos. Son secuencias de kioscos de madera, con luces, con música, en donde venden artesanías, comida y Glühwein, que es lo que rescata a los visitantes del frío. Es un vino tipo Sansón calentado con clavos y canela, y sus efectos son prodigiosos. A la primera taza (se sirve en tazas) a uno se le olvida que tiene frío, al segundo se le olvida que está en el mercado navidenho y si es tan sinvergüenza de tomarse el tercero, puede hasta olvidársele quién es uno mismo. El mercado se beneficia de tanta amnesia, porque sus precios generalmente son escandalosos.
Las calles y las vitrinas también son decoradas, pero aquí si puedo decir que a Bogotá la ponen mucho más bonita. Y las tiendas también se congestionan y se vuelve imposible comprar nada en esta época de tumultos y multitudes. Es insoportable, pero lo aprecio en la medida en que se ve vida en el planeta a pesar del frío, no como en verano en que la ciudad queda desierta y hasta llega a parecer que asustan.
Lo que sí es verdaderamente espantoso de esta época en este país es el radio. Cuánto extranho la música de diciembre de Radio Santafé, o los villancicos que se cantan en las novenas, el burrito sabanero, el arbolito lindo de navidad que siempre florece los 24, hasta las campanas de la iglesia que ya están sonando... Aquí sólo hay UN villancico. O mejor dicho, una canción a la que por el mero título le endilgaron el título de villancico sin serlo; así son de creativas las estaciones de radio por aquí. Es una canción feíta y pobrecita, un lado B del que su propio autor se desengüesó conscientemente. Eso de por sí ya es malo, pero lo que empeora las cosas es que la ponen mínimo unas 50 veces a lo largo del día, toodos los días de diciembre hasta el 24...
"Last Christmas, I gave you my heart
But the very next day, You gave it away
This year, to save me from tears
I'll give it to someone special"
Wham (hágame el favor)
Con semejante soundtrack no dan ganas de que Dios vuelva a nacer jamás.
Adenda: Sergio, mi corresponsal mexicano y otrora companhero de aventuras en Hamburgo, me recuerda otro éxito de temporada:
"Feliz navidá
Feliz navidá
Feliz navidá
Próspero anho y felicidá"
por supuesto versión José Feliciano. No es que lo azoten por el radio como al otro, pero sí se dan bastante garra con él en los bares de ocasión.
6 comentarios:
Buenísimo como cuentas las costumbres de puallá, eso es lo que me gusta de estas vainas: que uno aprende cosas que de ninguna otra forma aprendería.
Me imagino que el que se asombró por la pregunta del niño dios adelantado en el pesebre hizo los mismos ojos cuando te zampaste los chocolates del calendario de adviento de un totazo.
"de año nuevo y navidad .. caracol por sus oyentes ... "
Espero poder coneuir villansicos de los de aqui en mp3 y le los envio.bye
Lo mejor es, sin duda, lo de los mercados navideños. Me encantó leer esto. Qué pesar que no haya natilla. Y, siguiendo a don Patton, una canciocilla de emisora:
Felicidades en navidades,
y en año nuevo prosperidad,
son los deseos,
de todo corazón
de Olímpica Estereo.
PD. Me gustaban más la n y la i para reemplazar a la ñ. Aunque si quieres puedes copiarla en ambas variedades. Ahí te las dejo:
ñ - Ñ
JAJAJA, ich habe gerade deinen Blog gefunden, weil ich immer den Blog von Patton lese...dieser "Ich bin" Titel hat mich einfach so angerufen...
Yo soy un paisa que por casualidad llegó, no a Hamburg, sino a Münster, y luego a Steinfurt (NRW), y tampoco se ha ido!
Saludes, y queme velitas el 7, pero eso si, no prenda el apartamento como mi vecino anoche. Seguramente te seguiré leyendo...
A mí me hace falta la propaganda de Caracol...yo sólo agrego una cosa: cualquier Weihnachtsmarkt, como hablaba hoy con mi vecina, es un gran monumento a todo lo que sea kitsch: miles de lucecitas y maricaditas de colores, apiladas por montones en una casa de madera.
A ver si en este 2005 al fin me hago a una taza del Markt de Münster que son muy "cucas" como decís vos (a perder el Pfand, jejej), y a ver si me como cumplido el Adventskalender...la idea es que no se vuelva a enloquecer el clima como hace un fin de semana, y vuelvo a Münster a comprar Weihnachtsmänner de pan (esos son de lujo con la pipa, o no?) y de esas galletas planas que son como enviciadoras.
COn el Glühweín tenés toda la razón...buena opción de perder la conciencia, pero mala opción pa invertir platica...
Pasé por acá... creo que ya me habías visitado alguna vez.
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