jueves, 25 de septiembre de 2008

A common type

En Colombia no sólo solía encontrarme con gente inesperada en lugares ídem, sino que también solía ser confundida con otra tanta. Nunca dejé de parecerme a la amiga, tía, prima, hermana, sobrina o lo que fuera de muchos interlocutores.

Aquí el plan ya era otro, la Frau Rodríguez tenía un perfil propio y aunque mi encasillamiento con esta apariencia no es para nada difícil, la jorobadera evocando a mis Doppelgänger se había reducido notablemente.

La semana pasada me presentaron a otro colombiano que trabaja en la empresa. El por qué yo no tiendo a la masificación con los compatriotas o con los hispanohablantes podría dar cuerda para muchos posts que no sé si algún día quiera escribir, así que dejemos en que es el primer colombiano que conozco ahí -no tengo ni idea de cuántos seamos-.

El hablado rolo me desconcertó y me pareció feo. Seguramente mi hablado no es ninguna belleza, pero definitivamente yo ya no sueno como recién desempacada del altiplano. Y cuando nos presentaron, el hombre me dice: "ah, pero si ya nos habíamos conocido, viendo un partido de la Eurocopa". Ajá. Yo los partidos de la Eurocopa los vi sólo con mi marido o en el peor de los casos, con A. y su marido.

Con que sigo siendo la antecesora de la Frau Rodríguez, esa que se fue hace ya casi una década.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Donia Marcelius y sus dos maridos

Un saco de arroz cayó en China y la realidad imitó una vez más al arte: el fin de semana anterior amanecí yaciendo en el mismo lecho con mis dos grandes amores.

At the end of my teens se me comparaba frecuentemente con Sonia Braga. De haber seguido la nena on business, seguramente seguiría oyendo sus ecos.

(Gran amor Nr.3 sonreirá leyendo esto).

viernes, 12 de septiembre de 2008

Asociaciones freudianas

Por casualidad encontré algunillas canciones de Soda Stereo en la lista que toca el Winamp. Las canciones pertenecen a diversos álbumes del grupo a lo largo de 10 anios, hasta 1996. Lo que no debería sorprenderme y sin embargo lo hace es que cada canción hace las veces de soundtrack de un "atarzane" diferente, comenzando por una aventurada second first time, pasando por -among others- una plasta de novio* con el que intenté regenerarme de la perdición de entonces (y lo peor, ahí quedé encallada cosa de 4 anios!), y culminando con un affaire sórdido con un egón de mierda por el que llegué a hasta arrastrarme.

Pero incluso antes de irme de Colombia y de la disolución del grupo, ya había salido Soda Stereo de mi película. Alcancé a morirme de la vergüenza propia y ajena cuando el Cerati sacó su álbum sinfónico y ni me enteré del reencuentro, si lo hubo. Nunca más volví a tirar con esa música.



*A propo este tipo y esta banda sonora: ya está este recuerdo tan remoto que ya no estoy segura si lo estoy inventando: en uno de los varios conciertos que ofrecieron en el Palacio de los Deportes (semejante porquería de escenario), nos quedamos varados en plena entrada porque el joven había perdido los tickets. Qué linda velada pasé ese día oyendo el concierto en la sala de mi casa por 88.9. Supongo que después los vi en ooootro concierto -de otro modo todavía estaría echando pestes y no, no lo estoy haciendo-, en el mismo horror de Palacio, pero esa vez con Franco De Vita como telonero -y no con el sujeto que perdió los tickets, por supuesto, sino peor, con unas amigas que se tomaron en segundos una media (~350 ml) de aguardiente entre las dos antes de que el veneco comenzara a cantar.

lunes, 1 de septiembre de 2008

InAusLand

Los freiburgueses se-las-traen. No puede ser posible que un lunes a las 11 de la noche todavía se vea gente por la calle como si fueran las 6 pm. No menos increíble es que encuentres una estación de servicio / gasolinera abierta 24 horas sirviendo comida caliente cerca de tu casa, que no es precisamente en el centro. Una estación Esso con tigre y todo, como la de la 7ma. con 59 en Bogotá. Ya por eso sería que no me sorprendió tanto verlos el viernes por la noche corretear por los bosques, subirse al mobiliario público y ponérselo de ruana y baniarse con bicicleta y todo (la bicicleta es un apéndice natural del cuerpo de los freiburgueses) en el lago.