domingo, 28 de marzo de 2010

Refuerzos

Llegó la hora de un replanteamiento difícil pero mandatory.

Un fin de semana en la capital del otrora imperio espanhol -imposible dejar de pensar de dónde salió toda la plata para eso que tenía en frente, muy mamerta de mi parte, I know-, con otras amigas, ayudando y disfrutando en donde y cuanto pudiera -y vaya si lo hice en el reencuentro con una pareja amigota de los viejos buenos tiempos que también anda por allá, todavía cargo con ese guayabo / resaca-, y el siguiente con una de las amigas de Colombia que más echo de menos y con quien tuve el privilegio de compartir casi 48 horas seguidas me dejaron en forma para lo que se me viene pierna arriba.

Como bien sabe burlarse el entranhable ser pastuso que me acogió en Madrid, si vienen a visitarme a Düsseldorf es que me quieren mucho. Ella ya estuvo por aquí, valga la aclaración.

Lo bueno de las treintonas es que ya estamos más aterrizadas, somos más glamorosas y nos meten menos los dedos en la jeta. Ya no estamos como para. Claro que si nos toca, cerramos filas y hacemos todo lo posible por ofrecer "wellness para el alma", porque sabemos y podemos darlo. Otra cosa es que todas lo reciban, pero se cumple con haber "dado feedback", como dicen en mi empresa.

La amargura fingida contra los galanes en nuestros veintes se torna en auténtica en esta treintena. Inevitable: todos, absolutely all, resultan siendo unos malparidos que no son dignos de nuestro querer. Y ahí seguimos a la pata de ellos, o ellos a la de nosotras. Triste la condición humana.

Anio de decisiones. La fuerza esté con nosotras.

domingo, 14 de marzo de 2010

La realidad y el arte

De nuevo la realidad supera cualquier argumento rebuscado de novela policiaca barata y resulta que la pestilencia de la olla podrida de abusos de curas católicos en colegios e internados a lo largo y ancho de la Bundesrepublik a lo largo y ancho de décadas puede estarse desprendiendo desde los pasillos del Vaticano. Herr Ratzinger en su calidad de arzobispo de Munich en algún entonces de aquellos no tenía cómo no saber de los curitas traviesos que él mismo ponía a cargo de ninhos en otras ciudades. Eso es lo que más aterra: no que haya gente así -"habemos" de todo-, sino que les sigan alcahueteando.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Jodidas pero contentas, as usual

Me encuentro en Gacetilla con este link. Ajá. Aquí yo me atrevería a decir que no es tan sentido, incluso me parece que estas valkirias los tienen domesticaditos y estos nativos son infinitamente más comprensivos que sus congéneres colombianos. Situaciones como esta que describe el artículo se dan aquí en el 90% y no en el 2% de los casos:

Precisamente, entre los datos curiosos que arroja este sondeo se encuentra que solo (sic) el dos por ciento de los colombianos le colabora a su pareja con labores de la casa como cocinar, lavar los platos, hacer el aseo o cuidar los niños.

Y si les preguntaran a las walkirias, yo creo que apenas 20% -exagerando- estarían plenamente satisfechas, en proporción inversa a las dulces colombianas.

Pero nevertheless: en este marzo de la igualdad de derechos de género, se publica este estudio de la Unión Europea según el cual en la recontraarchicivilizada Europa* las mujeres devengan en promedio 18% menos que los hombres por el mismo trabajo. Alemania jalando para abajo el tal promedio con un lindo 23%. Wow.

*As mentioned by el Destiempo.


Como no me canso de repetirlo, no es cuestión de nacionalidades sino de gente. Y de la sal que no me abandona.