martes, 31 de marzo de 2009

Como en el cine*

Como bien sabemos, la realidad encuentra sus modos para superar a la ficción y a su vez la ficción tiene que apoyarse en la realidad y así es como termina uno, medio cinéfilo principiante, envuelto en aventuras que inevitablemente lo remiten a uno a cualquier película o serie ya vista, como cuando Remington Steel se inspiraba para resolver sus casos (here we go). Y eso que no soy la re-fan de los Simpsons, que si no los dejavu de lo frecuentes ya pasarían inadvertidos.

Ya me sentí Sonia Braga en Donia Flor y sus dos maridos y ahora ando de:

- Mrs. Alma Terrain con sus pequenias complicaciones en Brazil. Importé de Colombia una no sé qué mancha rara en la mejilla derecha, debajo de la nariz, que comenzó toda tímida y que ya me tiene usando unas curitas supervistosas que me están dejando sin bigote y que llaman la atención de todo transeúnte.

- Cualquier protagonista de cualquier comedia británica. Estoy intentando meterme a una empresa de car-sharing, pero ya voy por la tercera cotización de la caución que tengo que pagar. Comenzaron en 200 euros, cuando supuestamente yo tenía derecho a que me la dejaran en 100. Conscientes de su error, muy gentiles accedieron a enviarme una confirmación de lo que me contestaran en un email (en el que me daban la razón "seniora, se lo dejamos a 100"): ahora lo que tengo que pagar es 400 euros.

Lo embarazoso del asunto es que muy pocas personas en mis actuales alrededores pueden interpretar estos sentimientos y quedo todavía más freak de lo que ya ando con mis curitas. Como la mujer de La Rosa Púrpura del Cairo.



*El título es un fusil/homenaje a uno de los mejores posts del tatuaje falso, uno de los primeros blogs que leí y una de las primeras cosas que por fin pudieron despertar en mí nostalgia bogotana.

lunes, 30 de marzo de 2009

De amores perdidos XC...

Yo misma me aburro de mi disco rayado.

Pero simplemente fui feliz en mi corta estadía en Hamburgo el fin de semana anterior.
Al contrario de lo que dije la primera vez que volví, J. también se dejó tocar la fibra y al final la pasé mejor con él que cuando fui sola.

J. hizo de modelo como el enano de jardín de Amelie y el resultado me dejó muy contenta, pero no puedo sacar las fotos del celular (!!). Así que me decido mejor por este post sin fotos, en vez de seguir dejando crecer las telaranias por aquí.

Soundtrack de ese fin de semana:
Ni una maldita florecita, Christina y los Subterráneos.

Kleine Welt

"La amiga en cuya boda estuve hace ocho días en Hamburgo fue companiera de juegos de infancia del amigo que vino a visitarme este fin de semana".


La frase me parece divertidísima, en buena parte por ser verídica.

Al visitante, que muchas gracias por haber venido y que por favor que vuelva.
O que nos espere ;-)

lunes, 16 de marzo de 2009

Yellow press

No acaban de condenar al extorsionador de ricachas a 6 anios de prisión -qué historia si estuvo buena, con sexo-mentiras-video-extorsión, la mujer más rica de Alemania y un individuo que al menos en las fotos no revela nada espectacular (hasta se parece a un ex): definitivamente a las mujeres nos traman es a punta de labia- y llega este otro carajito a echar bala a su excolegio en otro evento de esos que nos dejan a todos sin habla y nos demuestran que aunque pase n veces (pero por qué pasa?) siempre nos aterrará. Hace ya casi siete anios hubo la primera masacre de ese estilo en Alemania -que no fue la última se vio la semana pasada-, claro, eso nada más le pasaba a los gringos con su regulación tan laxa para las armas, cómo no...

Pero ya la sangre de las víctimas coaguló, los cadáveres ya están fríos y los nombres no figuran en la primera sino en la tercera y cuarta fila. No hay problema: esta semana comenzó el juicio al monstruo austríaco que tuvo a su hija no sé cuántos anios encerrada en un sótano haciéndole todo tipo de porquerías y de hijos-nietos.

Por qué por más que se crea uno mismo muy decente, fino y elegante, siempre se queda leyendo estas historias?

viernes, 13 de marzo de 2009

Otro retorno

Este es el segundo retorno de Colombia desde que este blog existe.

Me aterra cuánto sigue creciendo Bogotá y cuánto se me ha europeizado la visión.

Todos en Colombia me parecieron alegres, dedicados, entusiastas, etc. -hasta los de la Registraduría cuando fui dizque a renovar la cédula (documento de identidad).
Claro que al segundo día ya había perdido la amabilidad y me había dejado caer de nuevo en los finos modales bogotanos.

Düsseldorf y mi trabajo lo lograron: por fin regreso con saudades colombianas.

PS: Desde el regreso Düsseldorf no ha dejado de parecerme un desierto inhabitado y silencioso. (No perder de vista que vivo en un plácido suburbio, alejado del centro).