jueves, 31 de diciembre de 2009

Inmunidad chistosa

Posteo esto nada más por su relevancia temática para el blog y porque mal que bien este es una pista perdida que siguen unos pocos (sorry por el tono planhidero no intencional). Patrioterismos aparte, creo que adquirí una nueva inmunidad chistosa*: ya podré contar chistes de alemanes con propiedad porque ya quedan como autocrítica. Así doy inicio a mi campania para reducir el nivel de plastedad de esta nación. Ich bin Deutschland, ich bin Terroristin und


ich bin Papst (fuente: bild.de). Y he ido a todas las copa Mundo y todas las Eurocopas y me he gandado tres de las primeras y tres de las segundas. Anderseits war ich auch Nazi und habe mit Jan Ullrich mitgedoppt.

*aludiendo al capítulo de Seinfeld en donde se queja de la inmunidad quasi total de su odontólogo para contar chistes políticamente incorrectos, que además de ser odontólogo es judío de origen polaco.

Aniversario

Cuatro anios de este matrimonio pueden resumirse con el siguiente refrán polaco:

Lepjej z mondrym zgubic jak zgupim znalasc*

Es mejor perder algo con alguien inteligente que encontrarse algo con alguien tonto.

Remember que el 50% de esta sociedad conyugal nació y se crió en Polonia.

Y sí, de acuerdo con el amable lector: lo pronuncia su madre.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Juegos de cartas

En mi casa siempre hubo juegos de naipe, era una de las cosas que, así como también un frasco de ají en la nevera, nunca podían faltar en donde estuviera mi papá. A él en sus desvelos le gustaba jugar solitario y cuando vivíamos en el centro jugaba "21" con sus amigos (creo que es el mismo black jack) y una especie de póquer con dados. La familia de mis medio hermanos también era entusiasta a la hora de jugar cartas y podían pasar tardes enteras jugando rumy, contando chistes, hablando tonterías y escuchando a Rocío Durcal. Comenzando la universidad di en frecuentar gente que jugaba "ocho loco" o "uno", que es la versión gringa del ocho loco con cartas especiales del juego, no con naipes; juego bastante apto para emborracharse rápido. A posteriores amigos les dio en una época la fiebre del póquer, las veladas eran divertidísmas con todas las construcciones posibles que se inventaban para asignar las cartas del juego.

Y hasta ahí fue mi experiencia como tahúr en Colombia. Siempre participé, jugué sin problemas y me divertí mucho.

Mi siguiente encuentro con los juegos de cartas vino en alguna velada en Hamburgo con mi ya entonces marido en casa de algún amigo suyo. Que por qué no jugábamos "Doppelkopf" (doble cabeza). He de confesar que hasta el sol de hoy aún no logro entender este bendito juego, pero comienzo a intuir por qué su dinámica es tan distinta*. Tiene cosas en común con el bridge, otro hueso que traté de roer sin éxito en estos días navidenios. El concepto del "Trumpf" , una pinta que le gana a las demás sin importar ni cómo ni cuándo -como el rol del 8 en el ocho loco-, es concebible, pero cómo se determina continúa siendo un misterio. Sobra decir que las jornadas de juego bastante lejos están de ser entretenidas. Me ofusca sobremanera ser tan bruta.

Será ese tipo de razonamiento lúdico otra cosa que marca tanta diferencia en la concepción de la vida en ambos países (o por supuesto al revés)?

*: Recuerdo que lo primero que pensé cuando jugué la primera vez fue que tenía más reglas que un tute de gamines. Como para dar una idea.

martes, 22 de diciembre de 2009

Decoración

Pongamos algo bonito en este blog.





Autor: Meszaros Andras / Veolia EnvironVeolia Environnement Wildlife Photographer of the Year 2009

Tomado de Spiegel Online.

Parco fin de anio

Este fin de anio está corto de palabras, supongo que de vez en cuando toca que lleguen los silencios mientras acabamos de elaborar lo que pasa alrededor.

Hubo la de nieve el fin de semana, de lo más hogarenio rico estar calentito en la sala leyendo mientras afuera caían las ráfagas blancas. Ahora se deslíe y están todas las calles hechas una mierda de lodo y aguanieve.

Bendita sea esta pausa laboral con todo lo malditos que estuvieron estos últimos meses.

Doblo otra esquina, una que ya tocaba y que es bueno haber dejado atrás.

La navidad no es que me diga mucho pero le camino a novenas colombianas (aprendí a hacer natilla en tiempos hamburgueses para el efecto) y me consuela que la familia, con todo y lo despelotada que pueda ser, se apreste a pasar una velada reunida.




Días festivos tranquilos y un 2010 que nos trate mejor que este anio.