viernes, 21 de diciembre de 2012

Mi sal no me abandona

Por descuidar este blog es que me olvido también de su rol de muro de los lamentos de mi realidad nacional. Aunque en todas partes las mujeres inteligentes tenemos (guiño) problemas, no puedo evitar la sensación de  "ser bulto de sal" que me asalta en estos casos.


Fin del mundo de 2012

Es un misterio insondable por qué a veces descuido tanto este sitio, si me da tanto gusto tenerlo.  Aún tengo un post en borrador sobre mi viaje camboyano (ayer, cuando mi amiga del colegio me preguntó al respecto en nuestra charla en skype, estuve hablando sin problema por casi media hora, estando el viaje ya tan lejano en el pasado y en el recuerdo).  Desde mi regreso hasta hace pocos días tuve realmente mucho que hacer en el trabajo, también tuve otros dos viajes domésticos, un visitante y una persecución de una firma.  El  fin de año estuvo bastante ajetreado. Pero hoy comienzo una pausa de 12 días en los que voy a poder dormir a pierna suelta y a hacer lo que se me dé la gana.   Desparcharemos juntas la Navidad con una amiga de Medellín que pronto se regresa.  Me expondré a la luz del escaso sol en un día mujercito de shopping y latte machiato -con recompensa en la tienda de libros, as usual- en uno de los días hábiles que tendré a disposición.  Tendré invitados a cocinar en la casa.  Espero poder recibir a 2013 bailoteando ebria.  Veré a un compañero de ruta entrañable en la parte bonita de la isla en que vive en enero.