sábado, 1 de noviembre de 2008

Ensenianzas del ocio

Mit Facebook kann ich nichts anfangen.

Con el Facebook me siento más engüesada que si me hubiera ganado un marrano en una rifa. Es reizt mich nicht, no me provoca nada. Aunque no deja de sorprenderme la manera cómo pueden rearmarse los pasados en presente, incluso uno muy reciente (mis amigas hamburguesas también andan encarretadas con el asunto), en realidad es que no se me ocurre nada para hacer ahí. Me siento torpe y bisonia como una abuelita (o mamá, ejem) de esas bien brutas para el computador.

En cambio con los blogs me siento a mis anchas.

Y ni hablar de otros portentos conocidos apenas de oídas como el twitter, el menéame o qué sé yo otras historias.

No sé. Es como ser más de salir a bares que de meterme a las salas de las casas.

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