Algo mencioné en un post anterior sobre lo domesticados que tienen estas valkirias a sus varones. En realidad estos tipos son super abiertos al diálogo, no quieren imponer su criterio, si están con una mujer es porque quieren estar con ella y punto. No hay conflicto con sus otras actividades, uno si quiere está invitado a participar en ellas pero si no, pues tampoco está obligado, pero no hay problema porque con seguridad habrá un encuentro más tarde. Ellos están ahí porque realmente quieren estar contigo y no se ponen con pendejadas de no llamar, de perderse, de escabullirse. No temen por su libertad. Están ahí. Igual hay gente partidaria de otras metodologías y también admito que, en dosis excesivas, tanto carenoviazgo llega a empalagar y a provocar reacciones extremas.
Las viejas alemanas tienen un no sé qué de intensas, de cansonas, de jartas. Sí, como todo el mundo, supongo... He conocido chicas que son personas maravillosas, pero también he visto otros especímenes más allá de toda sensatez.
Será casualidad que en una reunión de amigos de colegio en Düren 5 de ellos tuvieran parejas no alemanas?
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1 comentario:
mmm el hecho de que esto lo diga alguien que ya lleva un buen rato observando a estas walkirias y a sus respectivos nibelungos, no puedo desecharlo como simple encandilamiento tropical ante la organizada vida alpina.
Uno incluso puede llegar a pensar que eso que le parece a uno corrección política puede llegar a funcionar en ciertos sitios. Hablo de lo les ha quedado allá del feminismo menos radical y más realista. Realpolitik feminista.
Sin embargo, me inclino a pensar que tal vez doña Marcelius ha dado con unas personas que viven una vida psicológicamente mas sana que el promedio, al menos en lo que respecta a las neurosis a las que estamos acostumbrados los chibchas. Tal vez tengan otras.
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