Es la triste verdad. No había más galanes varoniles en estos aciagos tiempos. Por ello era rey el tuerto George Clooney en este mundo de ciegos. Que quede claro, no estoy diciendo que no haya habido buenos actores: ahí están Johnny Depp, Edward Norton y Benicio del Toro. Pero no tienen ese toque de macho arrebatador tan común hasta los 60s y tan escaso ahora.
Claro que ya comienza a verse en las pantallas a un personaje que bien puede comenzar a llenar ese vacío: Mr. Clive Owen. Al médico jijuepuerca de Closer no había de otra que botársele a las patas, tal como lo hicieran Julia Roberts y Natalie Portman; Dwaight no tuvo más que levantar una ceja para dominar a las amazonas de Old Town en Sin City. Por fin, todo un varón en Hollywood. Ojalá no sea cierto que será el futuro James Bond, porque a ese tipo se le nota a leguas que es uno de los peores polvos del cine y no le haría justicia alguna al actor inglés cuarentón y su potencial el perseguir imbécilmente terroristas, ya de eso está saturada la política mundial.
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