Alemania no es pródiga en cuanto a vida urbana. Hay muchas ciudades medianas, casi todas provinciales. Apenas hay una Metrópolis en la tierra donde se hiciera la peli del mismo nombre y otro par de ciudades con algo de escena. Una de ellas, Hamburgo. Hamburgo es la segunda ciudad más grande de Alemania, con 1,5 millones de almas habitándola. Y es ciudad estado, una de las tres que hay en la Bundesrepublik, siempre en la lista de los 5 estados más ricos. Muy fleissig con el segundo puerto más grande en el norte de Europa -después de Rotterdam, a quien le interese- y la fábrica de aviones de Airbus. Es gibt Kohle in der Stadt -hay plata en la ciudad- y se puede ver. Lo que quiero decir es que la vida urbana de Hamburgo es de la más urbana que puede haber en este país. Hay buen contenido en la cartelera de cines, de teatros, de fiestas, de conciertos, pero nada como para decir "uff, qué chimba", efecto que sí puede sentirse en Paris o en Copenhagen, por ejemplo. Y hay una Subkultur latente en algunas zonas de la ciudad, en donde ser alternativo-crazy es altamente valorado, lo que genera una burbuja ascendente de gualter-naividad bien estudiada... puede llegar a ser un poco insoportable, pero como en muchas situaciones de la vida real, es la menos pior de las opciones y acabo siempre sentada por esos lares en las raras ocasiones en que salgo. Igual allí también puedo desempeñar un papel decoroso con mis ojos negros/piel canela (hier bin ich ein Exot!).
En mis seis años de residencia en esta ciudad, tuve oportunidad de vivir dos años en el área de influencia de la Subkulturzone. Encontré un link en el que pueden verse fotos de la calle en la que viviera, las fotos
que hice sólo con la mente y que vine a encontrar de nuevo en Internet.
(Recommended: "Se prohíbe que los niños jueguen en el portón y en el patio. El propietario". No es que me guste burlarme de estos Deutsche, sino que ellos dan la papaya, carajo. Ahí están pintados).
El edificio donde está el cartel con unos colmillos es el teatro Neue Flora, en donde se exhibía por aquellos días el musical "Tanz der Vampire", La danza de los vampiros.Para que vean que también hay escena mañé por estas tierras, siendo este uno de los menos perversos ejemplos. Esa era la esquina de mi casa, yo vivía a unos 200 m caminando hacia la derecha desde el teatro.
Menos mal el apartamento daba al patio trasero, por lo que no me enteraba del tráfico tan espantoso. La Stresemannstrasse en Hamburgo es de veras una calle bien tediosa para manejar, pues al ser de las pocas avenidas que atraviesan toda la ciudad y desembocar justamente en el Elbtunnel, el túnel que pasa por debajo del río y que es la salida de los bienes que llegan al puerto al resto de Alemania y de Europa, está llena de tráfico pesado, y además tiene límite de velocidad de 30 km/h porque en sus orillas hay muchos edificios residenciales y ha habido varios accidentes mortales con niños atropellados... Hamburgo es bastante enrevesada, ha resurgido de sus cenizas no una sino más veces, por lo que su actual estructura no fue continua en su relación con la gente.
Y allí, en medio del trancón, vivía yo. No me disgustaba, como ya mencioné, no me enteraba del ruido afuera, y el encontrar el trancón en el día y a los transeúntes fiesteros de noche me recordaba mis tiempos bogotanos, en donde vivía en Chapinero bajo entre la 13 y la Caracas cerca de la Católica. Todo un follón, tío!
domingo, 11 de septiembre de 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario