lunes, 13 de agosto de 2007

Sobre seguros

Imagínese que llega a su casa a la 1:00 am después de un viaje de varios días y que lo primero que encuentra es que la puerta del apartamento está de par en par porque las cerraduras han sido violentadas. Cosa curiosa, cuando pretende prender la luz, descubre que tampoco hay electricidad en el apartamento (en el edificio sí, la luz del corredor sí funciona). Su cerebro no ha alcanzado a asimilar la nueva información cuando su nariz y sus oídos ya le están reportando un olor nauseabundo -la primera- y un ruidillo como si estuviera pisando un charco -los segundos-. Después de haber llamado a la policía, descubrirá que lo que sucedió fue una rotura de tubo en el tercer piso (ud. vive en el segundo) y que los bomberos entraron a las malas al apartamento a ver si había algún peligro y por si las moscas "bajaron los tacos" (desconectaron los interruptores).

Pero en medio de tantas adversidades, resulta que su mujer ha estado engüesada pagando un bendito seguro casero para tales eventualidades, que compró "por no dejar" hace 4 anios y medio y del cual se quiere deshacer lo más pronto posible, que es el otro mes cuando ajustan 3 meses antes de que se cumplan los 5 anios de haber suscrito la póliza. Gracias a ello, al otro día usted ya tiene las máquinas secándole la pared, los trabajadores quitándole el tapete y poniendo todo en orden y se apresta a recibir cosa de 2000 euros por los danios.

Los seguros son una bendita lotería que uno paga sin esperanzas, para ganársela nada más el día en que esté bien, bien de malas.

2 comentarios:

patton dijo...

¿No se si sea correcto decir en esta situación: felicitaciones"? ;)

Lanark dijo...

Paranormal.

No está de más oír, por una vez, una historia sobre un seguro que valió la pena. Supongo que hay por ahí un par de historias similares, pero uno jamás las oye. Y con esto no quiero decir que vender seguros por teléfono me parezca una ocupación más digna.

Me imagino la montaña rusa emocional de ese par de días. Un buen ejercicio para pulir el genio ;) y para encontrar la gran verdad del señor Plátano:

No importa. Y si importa, tampoco importa.