La reserva del Post SV hizo ayer su asado de despedida de la temporada. Las companieras de los futbolistas también estábamos invitadas. Me consoló ver que no soy la única que se aterra de la locura de su marido por jugar -y de manera entusiasta- un deporte que lo vuelve trizas en cada partido, y de ver que el de J. es un caso leve al lado de otros especímenes.
La heterogeneidad del equipo se puede apreciar en un CD que decidieron compilar entre todos para contrarrestar el horror que el entrenador solía ponerles después de cada partido (que incluía, entre otros hits, "I am looking for freedom"). De AC/DC pasan a un rap gringo maloso y de ahí a un reggaeton -también infestó estas tierras- y de ahí a un tecno inmundo y perpetuo que no me deja seguirle la pista al CD sino hasta cuando AC/DC suena de nuevo.
Pero con las otras chicas no pude conversar mucho. Mis intentos no tuvieron ninguna acogida y cuando las vi media hora después, ya se habían tomado una botella de champán -entre 4-, se reían como gallinas desaforadas y tenían todas un papelito pegado en la frente. Qué bueno que no me pararon bolas.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario