El ciclismo es una olla de la que hace bastaaaante rato se desprenden unos olores bastante mefíticos. Por aquí están todos que no saben qué hacer con las naúseas, porque algunos corajudos han decidido retirar la tapa y confesar sus pecados. Porque el que no metía, no podía mantener el paso, no podía competir. Y se quedaba sin contrato y sin empleo. Al parecer estaban TODOS enlodados en el asunto: directivas, médicos, entrenadores.
Y están en cuenta regresiva para la caída final de Jan Ullrich, quien quizás por haber sido el más popular y más querido, es el que más duro va a caer.
Todos se rasgan las vestiduras y piden castigos ejemplares para los responsables (los cínicos que abogan por una amnistía general o no son registrados por la prensa o saben quedarse calladitos), pero hasta ahora no se ha dicho nada sobre acciones concretas en el futuro sobre cómo seguirá llevándose los equipos, por decir algo.
Deutschland siempre sabe ofrecerme alguna analogía traviesa.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
El ciclismo Colombiano nunca volverá a brillar, porque nuestros médicos -los de nuestros ciclistas- no tienen postgrados en farmacología y genética.
El ciclismo profesional está a un pasito de desaparecer. Y me sostengo en lo que vengo diciendo pro años: Armstrong se retiró por algo.
Y sí, bonita analogía. Con la diferencia que allá si puede ser que algo pase.
Publicar un comentario