Mientras que los reportes desde el sur del país ya dejan ver el fondo del escenario verde, por aquí en el norte la mayoría de árboles aún no se dan por enterados de que ya estamos casi en mayo y aún siguen desnudos. Flojos que han de ser. Y floja y falta de ideas yo, quejándome del clima.
Sin embargo, "el polen ya se esparce por el aire", el aire tiene ese olor especial, los caracoles y las hormigas ya se dejan ver en los jardines, las aranias ya comienzan a tejer sus redes, las guascas ya dejan asomar sus flores, a J. no tardará en comenzar a atormentarlo su alergia al polen.
El título de este post lo tomé de una tira de Mafalda. Ella va feliz de la vida en un parque con algún amigo (no me acuerdo quién) cantando "Llegó la primavera". Luego pasa al lado de un banco del parque en donde está sentado un viejito arrugadísimo que alcanza a medio balbucearle a un amigo sentado a su lado "Llegué a la primavera". Mafalda para en seco y reflexiona "y uno diciendo insensateces".
Me acordé de la frase por el aniversario de Tchernobyl. 20 anios. Recuerdo que a una amiga casi se le refunde su viaje de quinceaniera con valses en el Danubio y cadetes austríacos porque su mamá tenía miedo de la nube radioactiva que se extendió sobre Europa. Aniversario y tragedia aparte, noto que ese tipo de referencias cronológicas, de lapsos de tiempo del recuerdo, ya no sólo son de dos dígitos, sino que ya están comenzando con 2. Pucha. Llegué a la primavera.
jueves, 27 de abril de 2006
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1 comentario:
15 primaveras, al fin y al cabo ;)
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