lunes, 27 de julio de 2009

So it goes

Das Leben ist tödlich, sagt J. schon.

So it goes.
Ya no vale la pena pensar en lo que no fue y ya no podrá ser,
sino más bien alegrarse de lo que gracias a Dios
o a la dichosa casualidad hubo.

Una complicidad deliciosa fácil y espontánea
como todo lo que fluía a través de nosotros en aquellos tiempos,
los ratos en la habitación al frente del parque del Brasil,
-así llamado porque jugara la Selecao para su inauguración
por allá en los mil novecientos treinta-,
tu sangre caribe,
tus recuerdos del Valle (el de Upar, cuál otro?),
el entusiasmo mutuo por la literatura,
our funny lust for life and for lust,
la fiesta hasta sus últimas consecuencias,
las vacas gordas y
-cómo no- las flacas
del bolsillo, del corazón y de la nalga,
y ya lejos
el seguir andando nuestros propios caminos,
hasta ahora, hasta siempre.

Como bien ya te dijera nuestro líder espiritual:
saltaste, espéranos y ayúdanos.
Esperar y confiar.
Te quiero mucho, te recordé mucho y
te extranharé siempre, mulato hermoso,
bocanada de brisa fresca y desparpajada en mi vida.

1 comentario:

Kyboy dijo...

Él también te quería y te recordaba.
Lo vamos a extrañar mucho.

Óscar