Bronceándome top less en la cubierta de un yate en alguna rada tranquila en la Costa Brava, viendo los fuegos artificiales sobre la bahía de Rosas desde la terraza de una casa de verano, cenando en el muelle de un restaurante exclusivo en Chian Mai, estando 25 horas en Zürich so pretexto de una boda.
Sin proponérmelo y sin medios para ello, resulta que también he podido darme mis aires de Paris Hilton. JAJAJAJAJAJA.
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