Bangkok es un caos, saca corriendo si uno no va en plan paciente de agarrarle el ritmo.
No quise ir a las playas del sur. Me daba terror la horda de turistas jijuepuercas que, así como los europeos del norte en las Baleares, van sólo a emborracharse y desmandarse. Tal prevención no me sirvió de nada porque tales turistas están por doquier, pero quiero pensar que me salvé de un escenario aún peor. Decidí enfilar rumbo al norte, a Chiang Mai, en donde además se puede hacer trekking y en donde hay montanhitas -cuando tengo oportunidad de verlas es que me doy cuenta de cuánto las extranio!-
El elefantico me trató bien*. El trekking estuvo interesante, en el bamboo-rafting casi naufrago, la montada en la carreta tirada por bueyes si estuvo medio aburridora. Pude vislumbrar por qué yo estaba un poco renuente a dejarme seducir por los encantos tailandeses. Es que mucho de los paisajes y la exuberancia del país, que para otros es cosa nunca vista, es para los ojos colombianos experiencia ya conocida. Aunque con otros bichos y plantas, el paisaje del norte que yo vi era comparable a lo que puede verse en cualquier caminata rural por el área de La Vega o Pacho o Anapoima (todas poblaciones cundinamarquesas), como por poner un ejemplo. Quiero decir, sitios "normales" colombianos. Y claro, la reflexión de marras, si Tailandia puede venderse tan bien con parajes y asuntos tercermundistas parecidos a los colombianos, por qué Colombia no, teniendo también un potencial similar??? Pero bueno, no fui a Tailandia a arreglar el país (colombiano) sino a pasear.
La paseada en solitario me iba enloqueciendo. Tenía días en los que no hablaba con nadie! En una segunda excursión que hice, esta vez a la frontera con Birmania y Laos, pude conocer más gente y el viaje adquirió otro cariz. Y yo, ingenuota, que pensaba que era inmune al gregarismo.
Aún con su caos perpetuo, pero con su vitalidad y amabilidad, Tailandia acaba amanhando. Descubrí que no había pensado para nada en mis asuntos de siempre y que estaba triste de irme cuando estaba en el aeropuerto esperando el vuelo de regreso.
Yo a Tailandia vuelvo. Pero no sola.
*: la foto tengo que escanearla, prometo pronto posteo. Sí, soy un dinosaurio sin cámara digital.
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1 comentario:
así como "no hay mujer fea sino mal arreglada", no hay país feo sino mal mercadeado.
y pues suena chévere el paseíto.
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