sábado, 28 de octubre de 2006
De divulgación necesaria
Esta lámina me cautivó tanto que no puedo dejar de ponerla en este blog.
No la saqué de ninguna página barata de porno-fantasy-comics. Yo de cómics no sé mucho, pero creo que esto es de una calidad más bien tirando a perrata. Esa especie de diablo al fondo lo dice todo. Pero no la estoy posteando aquí precisamente por su calidad, sino por su origen, que fue lo que me dejó sorprendida. Es una muestra del exquisito gusto con el que Saddam Hussein decoraba sus palacios! (plop. El pobre, además de malos ratos, también tenía pésimos gustos).
Fuente: © Del libro "Zu Besuch bei Diktatoren" / "Visitando a los dictadores", de Peter York, publicado por la editorial Heyne/Randomhouse; resenia encontrada en Die Zeit. Allí también hay fotos de otras finas residencias de no menos ilustres personajes. La de Tito y la de los Marcos también están alucinantes, la de la coronación de Bokassa en África Central está de campeonato. La lobería, como la estupidez, no conoce límites.
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4 comentarios:
wow! Impresionante.
Juraría que había visto el mismo dibujo a principios de los 90s detrás de algún bus ejecutivo y firmado por "freddy". Habrá que contactarlo, para que reclame sus derechos de autor.
Yo creo que Hussein estuvo a ESTO de comprarle un cargamento de cuadros al "maestro" Botero. Lástima que ahorita no esté en situación de comprarle los de Abú Graib, que probablemente halagarían su refinadísimo gusto.
jajajaja... mucho manteco ese man!!
Cordial saludo...
Esa imagen hace referencia a uno e los pasajes del libro "las mil y una noches".
Topamos...
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