Aunque es cada cuatro anios, aunque los partidos hayan estado generalmente aceptables, aunque también he tratado de hacer otras cosas, creo que estoy viendo rojo por todas partes a fuerza de estar viendo el verde de las canchas todo el tiempo por la tele. No volvimos a la fiesta del estadio porque nos pisaron y nos tocó estirar el pescuezo todo el tiempo, aunque qué otra cosa esperábamos del cotejo inaugural.
El Mundial es un elemento más en una atemporalidad rara de la que me rodeo ahora, coincide con una fase de cambio en mi vida. Tengo mucho tiempo libre pero, como corresponde a la paradoja, escribo y leo poco. Pocas cosas me pasan en la vida y por la cabeza. Quise sacar unos libros de la biblioteca central, pero no pude porque no sabía que mi afilición había vencido en 2004! (en mi descargo debo decir que los libros generalmente los saca J. -cuya aparición data desde anio justamente- con su cuenta por quedarle la biblioteca en su camino).
Los blogs de las pibas (descubiertas via Nanda) son un oasis en este desierto de lectura, me divierto mucho leyéndolas. Aunque esté al otro lado de la búsqueda, los equívocos, los devaneos; ahora más bien me quiebro la cabeza con lo que tengo que negociar diariamente con el otro.
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