No me acuerdo ya a quién fue que le leí (sería a María Jimena Duzán en sus aventuras en Barcelona?) que los latinos éramos, a ojos catalanes, muy cursis. Bueno, no sólo a ojos catalanes. Aquí siento que el "feeling" que puede despertar digamos un bolero viene siendo más o menos como la reacción de un yak tibetano al ser atacado por un oso... algo que sólo pueden sentir otros.
(Cuando algún espíritu inquieto decide embarcarse en el "romanticismo", puede aumentarse el grado de dificultad para seguirlo dejando por fuera. Me explico: un amigo alemán que si puede pasar por "alma de bolero" no pudo soportar más de un minuto a Juan Gabriel).
Pero aunque esa cursilería sea como un perro a cuadros, hete aquí un algo que ha cruzado las fronteras y conquistado todos los corazones: LAS TELENOVELAS!!
Ya desde los 80s los gobiernos de atrás de la cortina de hierro habían permitido el ingreso del cirquillo. Los papás de mi novio, que son polacos, me cuentan cómo les entusiasmó en su momento La esclava Isaura -la actriz hasta fue de gira a Polonia-, y tuve una compañera moldava en el curso de alemán que no olvidaría jamás a Cristal y a Topacio. Alguna vez que vi 5 minutos de televisión en Polonia me pareció todavía más increíble que las telenovelas fueran tan populares, y es que los dizque doblajes son (o eran, ni idea) una mierda. Era apenas una sola voz masculina que iba leyendo el libreto en polaco, sin ninguna entonación, mientras se oían las voces originales muy al fondo. En la escena que yo vi estaba Ana María desgañitada berriándole a Ricardo Alfredo que no la dejara, y la voz impasible del locutor traduciendo, como si estuviera diciendo que llovía. Y así y todo les gustaba!
Lenta, lentamente va instalándose el virus por estas tierras. Hace unos dos años dieron "Salomé, die Telenovela" (si, telenovela en alemán se dice Telenovela), pero ya decidieron fomentar el talento nacional y actuarla ellos. Así que ahora el palo se llama Verliebt in Berlin (Enamorado de / en Berlín) y díganme si la muchachita no es sospechosamente parecida a Betty la fea... Adivinen de qué va la historia: Lisa Plenske es una nena superpila pero no muy agraciada, enamoradísima de su jefe David Seidel, un hijueputa a la carrera, con novia relinda y reantipática, explotador de Lisa a morir y una güeva de administrador, pero claro, como Lisa es tan pila, va y salva la empresa, que es una firma de moda....etc. etc. También van descubriendo los alemanes los empalagues del alaaargamiento, todos los días pasan el capítulo anterior si te perdiste el de ayer, ya hay el timbre para el celular y el servicio que te recuerda que es hora de prender la tele...
Igual y yo de qué me quejo. Lo único que supe de Betty la Fea es que hablaba como yo, me lo dijo mi amiga de Ecuador, que nunca se la perdió, cuando nos conocimos en el semestre de invierno 2000/2001.
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