sábado, 30 de enero de 2010

Contrastes II

Mi suegra no tiene ningún empacho en poner sobre la mesa el cucurucho de sal de la cocina junto a su vajilla de varios miles de euros o de dejar en este mismo lugar (la mesa) un frasco de pepinos con islas blancas navegando en su interior hasta el día en que nos invita a comer y nosotros, asqueadísimos, lo retiramos. Sin embargo, ella plancha hasta el suéter que se pone para salir, mientras que yo no tengo ningún empacho en ir a trabajar con una camisa cuyo cuello parece sacado del buche de una gallina.

1 comentario:

Olavia Kite dijo...

"una camisa cuyo cuello parece sacado del buche de una gallina" JAJAJAJAJAJAJAJAJA ¡cómo me reí leyendo eso!