Llevo cosa de cinco semanas intentando hacer mi declaración de impuestos.
Conseguí un programa prestado con el que supe en cuánto me queda el balance y cuáles son los papeles y la información que necesito. Para evitarme la fatiga de tener que ir hasta la oficina de impuestos decidí hacer uso de las posibilidades que ofrecen en Internet. Primero bajé los formularios. Llenarlos fue todo un trabajo, pero al final lo logré y los salvé. Con password, claro. La fórmula ñoña de Patton ha resultado ser bastante zuverlässig. Cuando los quise enviar, descubrí que tenía que registrarme en la página de Internet de la oficina. Después de no sé cuántas ventanas logré llegar al paso 2, para descubrir nada más que necesitaba una quinta contrasenia que me llegaría en tres días hábiles en una carta a mi dirección. La semana pasada el jueves fue festivo, así que la bendita carta llegó apenas hoy. Cuando logré avanzar al paso tres con la décima contrasenia, necesité la very first (la de los formularios) para rescatarlos. Ya hacía rato había perdido el hilo de Ariadna y caí, tal y como me burlara de mi suegra.
De todos modos tuve que ir a la oficina y llenar los formularios a mano, sólo que con 5 semanas de retraso.
miércoles, 27 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
tome pa que lleve...
Publicar un comentario