Alguna vez rebuzné en este blog sobre alguna analogía incierta que pudiera establecerse entre divas de cine y ciudades.
Si a Hamburgo que tanto anioro, aún a mi pesar, le endilgué un parecido sacado de los pelos con la Catherine Denueve, para esta Düsseldorf llena de ínfulas infundadas no se me ocurre nada mejor ni nada peor que la Julia Roberts. Que la anuncian con bombos y platillos como si fuera cosa fuera de este mundo, belleza nunca vista, etc. y va uno a ver y la vieja no actúa tan mal, no es fea... pero así que sea taaaaanto como se la ensalza, pues tampoco. Me dirán que la Roberts se ganó un Oscar, pero bueno, al sol de hoy que me diga alguien qué cuernos significa ese premio. Düsseldorf también tiene la mejor calidad de vida desde 1990 según estudios hechos por estos gatos (seguramente por encargo de la alcaldía de Düsseldorf). Comparada con qué, ni idea, pero la mejor calidad de vida. Y desde hace más de una década.
Como para hacerse una idea de la ilustre administración de la ciudad y los haberes de la misma, van a vender una plaza pública (central, pero debajo de unos puentes) a unos inversionistas privados. Creo que ni en Colombia se les hubiera ocurrido semejante ideota, con todo lo garosos que son los políticos y los inversionistas y con todo lo que no han dejado de privatizar. Los precios de la comida todavía no dejan de asombrarme, aunque al menos ya sé por donde se está desangrando mi bolsillo -y sí, es fenómeno mundial, ya sé, pero que en la plaza cobren el kilo de papa a 4 euros y pico es todo un atraco, normalmente cuesta 1,30-. No hay que olvidar que la calidad de vida es la mejor desde 1990, tranquilos.
Este va a ser un largo round. Larguísimo. Yo siempre acabo amanhándome, pero pucha si me la están / estoy poniendo aquí de para arriba.
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