- Qué climita, no? cuando está así de nublado no dan es ganas de nada... por lo menos a mí me pasa, me cuesta un trabajo levantarme.. me levanto y está oscuro, llego al trabajo y sigue oscuro, y cuando me voy ya está oscuro otra vez, cosa de no ver el sol en estos días... a la orden?
- Una hogaza de pan, por favor (bajo la vista y mis ojos se encuentran con el titular del Hamburger Morgenpost, al que yo de carinio denomino "Popo" por su calidad: "Tiene que prostituirse porque el dinero de la seguridad social no le alcanza" o algo por el estilo)
- Tenaz, no? lo que hay que ver.. cada vez esto se pone más terrible, cada vez que uno ve las noticias no es sino tristezas, a los extremos que está llegando la gente.. las historias ahora con los ninios (sin duda en alusión al caso más reciente, un pequenhín de 2 anios cuyo cadáver apareció en la nevera de la casa y la historia detrás ni te la cuento), la gente debiera seguir teniendo sólo mascotas, a los animalitos los tratan mejor... algo más?
- No, eso es todo.
- 2 con 50. Ojalá tenga sencillito... (dejo las monedas en la bandejita que todas las tiendas tienen sobre el mostrador para el efecto) ay, súper, qué bueno que si tiene, es que por la maniana se acaba todo y ya por la tarde no hay con qué dar vueltas... estoy hablando mucho, no? discúlpeme... es que hoy no han venido muchos clientes y ya me estoy aburriendo de hablar sólo con las galletas (mira hacia los paquetes de galletas que están en una esquina del mostrador mientras me da el pan). Gracias.
- No se preocupe (Yo sé de qué me estás hablando, nena -see above-). A usted gracias (mi colombianidad que se resiste a morir). Adiós.
- Adiós.
miércoles, 15 de noviembre de 2006
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3 comentarios:
jajaj, lo de las galletas es un dicho local o que?
nooo, lo de las galletas es cosecha propia de la dependienta... la muchacha trabaja una panadería, donde también hay galletas para la venta.. ya complementé el con-texto.
Esa conversación, guardadas las proporciones (de extensión) me recordó un monólogo de Teresa, una ama de llaves insoportable, en "Acto da Fe" de Elias Canetti. En alguna parte leí que Canetti simplemente había transcrito de memoria la perorata que le había oído a una señora sobre el precio de las papas. Una perorata que, según recuerdo, había oído muchos años atrás. Uno de esos recuerdos inútiles que perduran inexplicablemente en la memoria. Claro que la memoria de Elias Canetti es a la nuestra lo que un CDROM es a un floppy.
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