En un esfuerzo sobrehumano, fingido, por revivir el blog desde su espíritu inicial de "descubrimiento" del nuevo viejo mundo:
Hoy es el Halloween local. Halloween porque salen los ninios a pedir dulces y cantan para ello, pero no se disfrazan sino que tienen faroles. Es la noche de San Martín, el once del mes once. Hay una procesión en el mejor de los casos encabezada por San Martín himself (un senior disfrazado a caballo). Como es en noviembre, el clima es perrato y llueve, los faroles van envueltos en una bolsa transparente de basura. Son de bombillito, claro. Hoy comienza la temporada de carnaval también. Se cena pomposamente con ganso, knödel (bolitas de pan cocinadas) y sauerkraut rojo (es dulzón, es el menos feo de todos). Hay un pancillo para la ocasión, el Weckmann, es un pan blanco en forma antropomorfa con una pipa de arcilla. El odontólogo que tiene su consultorio en la planta baja nos dio a los vecinos uno muy rico, pero en vez de pipa tenía un cepillo de dientes.
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