Acaba de ocurrirme otra coincidencia temática de aquellas que suelen encontrarme*. Leí una autobiografía póstuma hecha con remiendos de diarios y cartas nada más para seguir con la lectura de otra autobiografía póstuma hecha con remiendos de artículos y entrevistas.
Me conmovió la sinceridad y la naivität de Andrés Caicedo. Su imagen en mi mente adquiere un matiz adicional que es consecuente y le da profundidad. Y leer a Bolaño hasta ahora nunca ha dejado de ser peligroso y tonificante para mi salud mental.
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