Pocas experiencias como las vacaciones son tan desagradecidas de desaparecer súbitamente dejándonos tirados e inmersos hasta el cogote en la realidad cuya ausencia no nos cansamos de elogiar durante el descanso.
Como soñar y despertar, con la diferencia de que aquí uno está despierto todo el tiempo. Siquiera.
miércoles, 30 de marzo de 2005
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