viernes, 10 de agosto de 2012

Pathos

Mi corazón me decía, por motivos varios, que tenía que despedirme de este galán.  Me puse uno de esos plazos procastinadores que uno siempre se inventa, pero se atravesó un evento inesperado que lo adelantó.   Gracias también a este evento quedé inmovilizada para comunicar mis intenciones y sentimientos:  ¿cómo se le dice a alguien cuyo padre acaba de morir que uno quiere abrirse?   Peor aún, el hombre no tuvo ninguna necesidad de salir de la clinica cuando fue a ver a su padre, pues (mi versión) su cuerpo aprovechó la situación para reportarse -algo como "hey, estoy descuidado"- y tuvo que quedarse ahí.

El remate:  mientras el otro pasaba su primera noche en el hospital, yo conocia a alguien wirklich interessant (tercer hombre interesante que conozco en dos meses en esta ciudad sin haber recurrido a servicios chimbos de parship en Internet sino solo a mis encantos.  Prometo despotricar menos de este pueblo de ahora en adelante).  Hacía rato no conversaba así con nadie.  Entre diversos tiros, también el de ser ingeniero químico.  Pero me siento maniatada: aunque ya tomé la decisión de ser "libre", un no sé qué escrupuloso me impide saltar de buenas a primeras estando el aún-galán en esa situación tan adversa.

Linda la telenovela.  Tendré que conseguirme un tercero para pasar sin remordimientos el fin de semana sin tener que quedarme sola.

1 comentario:

hoffen dijo...

Muy bueno tu post. Espera un poco, aunque cóo se le rompe el corazón a alguien que ya lo tiene roto? pero seguro necesita de vos, aunque sea unos días.