El pasado miércoles fue el único día que laboré la semana pasada.
Como era de esperarse, ese día no di pie con bola ante una tarea que exigió una respuesta, que ya llevaba varios días esperando. La historia tuvo happy end porque todo estaba en orden, pero tuvo que venir una colega a rescatarme. La señora alcanzó a impacientarse y "regañarme", eso sí, después de que el cliente se había ido. Slapstick laboral en su esencia. Hoy me informa la cabeza de este reducido departamento y actual jefa directa mía que esta colega en cuestión, mi contraparte seria del slapstick, será mi nueva jefa a partir de septiembre.
miércoles, 6 de julio de 2011
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