martes, 25 de septiembre de 2007

Desierto

Si hay algo que desconcierte al inmigrante en este país es el pésimo servicio en el comercio. Mientras que en Bogotá su sola cercanía a la puerta de un almacén atrae a una horda de vendedores, en Alemania usted puede gastar decenas de minutos mientras encuentra a alguien disponible que por favor le diga si hay los zapatos o el pantalón en su talla. Las filas en las cajas hacen pensar si no será más bien que en vez de que los clientes estén pagando sus compras, se las están regalando. Por algo este país también es conocido como "el desierto del servicio". Y eso para no mencionar el pánico que se siente al pagar por operaciones que hay que hacer cuando uno se instala a mediano-largo plazo –como reparar los zapatos o llevar la ropa a la lavandería / tintorería-. La respuesta no está en el viento sino en los altos salarios. Como bien observó Susanita, en el first world los obreros son lindos y tienen carro. El personal cuesta mucho. Pero la inventiva y la tecnología no se dejan amedrentar por ese enemigo del libre mercado y del lucro: Alemania también es el país del “Automat”. Un amigo tiene la teoría conspiradora de que a las monedas y billetes del euro las diseñaron con el tamaño de las monedas y billetes del extinto marco alemán para no tener que cambiar quién sabe cuántos cientos de miles de máquinas a lo largo de la Bundesrepublik. La Deutsche Bahn (el ferrocarril alemán) cobra más si uno compra los tiquetes por ventanilla que si los compra en las máquinas.

El amable lector sabrá disculpar esta retahíla de "inmigrante llenando las expectativas de prejuicio", que no es más sino para describir mi sensación de haber tocado fondo cuando ayer me salí de la fila de la caja en el supermercado - primero para quitarme de encima el tufo alcohólico de mi vecino de atrás y segundo porque me dio la impresión de que había una caja rápida al lado. No, no era una caja rápida. Era un "Automat" con el que uno mismo puede escanear el precio de las compras, irlas poniendo en una bolsa y pagar. Por lo menos la bolsa es gratis -aunque de calidad medio perrata-, porque aquí la bolsita de la compra también hay que pagarla.

2 comentarios:

patton dijo...

La ventaja del "automat" es que no te hace mala cara y te atiene tal y como tu quieres. A menos que tenga un espejo :P

chiflamica dijo...

Ich hasse diese scheiß-SB-Kultur dieses Landes....echter Hass---

Pero como dicen en la tierra de nosotros: a donde fueres, haz lo que vieres.