viernes, 20 de junio de 2014

Espejos

La historia de la vecina nonagenaria sería de lo más irrelevante si no fuera porque es un espejo que me pone el destino de otra historia paralela, una que transcurre en dos continentes y no en uno y he ahí donde radica buena parte del drama.

La participante de la historia en el otro continente también tiene otra historia espejo en su entorno que le refleja la nuestra.  Pero los espejos son diferentes:  mientras el mío deforma las figuras, el suyo las pone en negativo.

Y ya. El melodrama sigue su curso como puede, como le toca, pero no deja de parecerme irónico que cada una tenga un bendito espejo sin haberlo buscado que no deja de recordarnos todo el rollo en el que andamos metidas, como si no tuviéramos ya bastante con él.

No hay comentarios.: