domingo, 6 de marzo de 2016

Lamentos de oficina

Ya no sé ni con qué cara volver a este blog después de tanto descuido, pero lo importante es regresar, así que heme aquí.

Qué mejor que regresar ejerciendo uno de los pasatiempos favoritos de este país, LA QUEJA.

Desde 2010 llevo trabajando como un burro. Hasta 2013 pensaba en la retrospectiva ingenua y fictiva que nos da el cambio de año cuánto había trabajado de más y no dejaba de albergar una esperancita pendeja de "ojalá el año que viene la cosa mejore".  La realidad se encargó de impartir sus lecciones y desde ese entonces y hasta ahora el asunto es sobrevivir y acabar el año empleada y mejor sin mirar para el frente en cuanto a carga de trabajo para no azorarme.  

La partida de la jefa insensible el año pasado mejoró el ambiente de trabajo (increíble cómo la señora nos llevaba a todos por la calle de la amargura, abóneseme que omití convertir el blog en el muro de tales lamentaciones) pero eso no cambia la situación general de la empresa, en la que el "lean" inclemente que se ha llevado a cabo para aumentar el rendimiento ha dejado -entre muchos otros- un montón de tareas a las que todo el mundo les saca el cuerpo por física falta de capacidad y que van de inbox en inbox como una papa caliente con la que nadie quiere quedarse, por la que nadie responde.  Los shared service centers a los que se ha ido buena parte de los procesos tampoco son ilimitados y cualquier nueva tarea que pueda caber en sus funciones es objeto de arduas negociaciones.  A veces tan intransigentes que toca decir "muestre para acá más bien".

Mi office husband y jefe directo también partió el año pasado: no se murió ni renunció ni lo echaron sino que se fue a otra división, como hiciera jefa insensible.  No pude evitar los chistazasos con el tema "todos me abandonan", pero F. se fue para seguir avanzando y by the way dejándome el camino libre para que yo lo hiciera.  Halagador y merecido ser ahora la jefe de mi grupo, que son un combo de gente competente y bacana, pero -permaneciendo fiel al tema de esta entrada-... con más tareas y responsabilidades.

El gerente que embutió la "optimización" se va a liderar otra empresa (la de la ropa deportiva de las 3 rayitas) y quien lo reemplaza es alguien que, a diferencia del primero que sólo estuvo 10 años y llegó directamente a la cúpula, lleva 35 y comenzó de abajo.  No me ilusiono con un cambio radical, ni muchísimo menos con un back to the roots -mi idiotez tiene un límite-.  Sólo espero que no me pongan más peso en los fardos que ya cargo.

PS: Por todo esto las palabras de Byung Chul Han son de tanto consuelo.