viernes, 8 de febrero de 2013
Lecturas escatológicas
En Alemania siempre me llamó la atención encontrar revisteros y repisas de libros en el baño. Material de lectura para los largos ratos que pueden pasarse allí sentado, de acuerdo con la digestión de cada cual. Mis procesos son de pase rápido, así que personalmente nunca me vi en la necesidad de tener que procurarme entretenimiento para un rato largo de desparche en el toilette, así como cuando echo un libro en la cartera siempre que uso el tranvía. Algún día llegó a mi buzón una "degustación" de una revista de artículos políticos pero con ínfulas frívolas. No me animé a botarla pero tampoco a leerla por largo tiempo. Los temas de portada ya estaban viejos cuando me llegó, pero contenía otros artículos y entrevistas un poco más atemporales, hasta interesantes. Eso lo vine a saber después de que se convirtiera en mi primera lectura de toilette ever, pues esa fue la solución que le encontré a la indecisión de no saber qué hacer con la revista. Un ejemplar alcanzó para casi un semestre. Finalmente la agoté y ahora tengo una segunda lectura. Una novelita histórica de una historiadora española, parte de este des-obsequio de cumpleaños. Apenas para eso.
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