viernes, 28 de septiembre de 2007

Legado turco XC

Para llegar a mi actual domicilio siempre tengo que pasar por el guetto extranjero de Düren. Las casas del sector, que fueron de las poquitas que sobrevivieron a los bombardeos aliados, nunca fueron modernizadas (no se les pusieron ni banios, ni calefacción central), por lo que los arriendos son baratos y quién si no los inmigrantes mete la cabeza ahí. Y también están sus negocios. Entre ellos, la famosa panadería turca. La panadería está de capa caída por cara, porque a los pasteles de queso apenas les ponen algunos miligramos de queso como para dar el sabor, porque me atienden mal -será porque soy la única pendeja que hace sus pedidos en alemán-. Además, al frente hay múltiples y vistosas seniales de tránsito de PROHIBIDO PARQUEAR y nunca, nunca, nunca he dejado de ver la hilera de carros parqueados. Me molesta un poco porque lo hacen justo sobre el carril de las bicletas, que es por donde siempre transito.

Pero los oigo hablar su lengua vaga y sin signos de puntuación y me consuelo pensando que es el mismo idioma en el que Pamuk ha concebido y escrito sus libros.

2 comentarios:

chiflamica dijo...

guagu guagu gu gu gu

Así suena cuando hablan en turco, como un gargarismo extranio...

Frau Rodriguez dijo...

Chiflas:
es como si estuvieran diciendo todo el tiempo "paracutimícuaro paracutimícuaro paracutimícuaro" sin pausas. Es muy "blando"!