En octubre estuve un fin de semana largo en Hamburgo con mi hermano menor.
Me di el lujo de enseniarle no sólo a mi hermano sino también a mi amigo U. mis rutas secretas, mis recorridos por las entranias de la ciudad. (Lo que no se le perdona a U. es que no las conociera llevando ya más de 6 anios allí).
El aire hamburgués hincha mi pecho de felicidad, lo comprobé una vez más.
viernes, 12 de noviembre de 2010
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